En este humilde blog venimos apoyando a Mario Das Neves porque nos parece el tipo mejor preparado para reemplazar, con continuidades pero también con importantes rupturas, al proyecto kirchnerista. Ayer, había una parada muy difícil. En su afán triunfalista y de dominio, el oficialismo había apostado fuerte. Ministros, gobernadores y la mismísima Cristina Fernández de Kirchner habían manifestado su apoyo abierto, con viaje incluído, a Carlos Eliceche. La constelación mediática de Chubut, por su parte, tiene en Rudy Ulloa, antiguo chofer de la familia Kirchner, como un player clave que desde los medios intentaba remontar a cualquier precio la gran ventaja que Buzzi tenía sobre su opositor, en base a ataques personales, mentiras (se llegó a decir que Das Neves había sido internado) y chicanas. Es parte del folclore político, cierto, lo de las mentiras y chicanas. No así que un ex chofer sea ahora un magnate mediático y de la industria del juego, pero ese no es el punto ahora. A los dasnevistas nos cuesta odiar al kircherismo, o despreciarlo. Sentimos el contenido progresivo de muchas de sus medidas. Sólo que también nos parece que las cosas se están haciendo “la mitad en serio” y la otra mitad de forma desordenada, sin proyección estratégica, con retórica militante y gestualidad desbocada pero con poca planificación y con una cultura política directamente reaccionaria, irritante y confrontativa. Eso alcanza para conformar a algunas capas de los militantes de sofá de la clase media porteña, pero no para que el país se desarrolle. Nosotros vamos por el cambio, sin incendiar todo lo que se hizo, sino potenciándolo.
Entre muchas otras cosas, en las que no alcanzarían millones de caracteres para caracterizar todos los logros del Modelo Chubut, bancamos a Das Neves porque, por ejemplo, es un tipo que puede decir que si perdía se retiraba de la política, porque no especula, va al frente y es un laburante de raza. Lucha contra la desigualdad, a favor de la producción y el desarrollo sustentable de un país, con fuerte presencia del estado, y con atención a las necesidades regionales. Recordemos lo que dijo Das Neves antes de la elección, cuando le preguntaron si era verdad que si perdía se retiraba. Salió en el Diario Perfil:
“Es natural que uno debe hacerlo. Uno no puede aferrarse a vivir de la teta del Estado, eternamente en el poder. Si el domingo no obtengo un resultado favorable, me retiro de la política”
¿Imaginan a Alberto Fernández, un oscuro profesional de la política vinculado a las barras bravas, con declaraciones de ese tipo? No. Aníbal es un espadachín dialéctico, un artesano del run run de decir y no hacer nada. Nunca va a dejar la política, porque sus intereses trascienden a sus principios. Es bueno en lo que hace y punto. De lo pusilánime de Scioli y su trayectoria menemo-zigzagueante, mejor no hablemos. Porque sin conocer el escenario, se puso a sembrar dudas en la típica actitud del acomodaticio.
Hay un mito, cultivado en el porteñocentrismo, que reza que en “las provincias” todo es oscuro, carismático, poco transparente. La modalidad de conteo de los votos en Chubut fortaleció este prejuicio. Sin embargo, pocos saben que la justicia electoral chubutense es una institución independiente, que nunca le perdonó a Das Neves que un laborioso militante, hijo de inmigrantes y sin titulación universitaria completa, accediera a gestionar el estado provincial. Se trata de un típico caso de clasismo, al que este triunfo también debería enseñarle algo.
La cuestión es que ayer nos quedamos hasta la madrugada, con el estómago hecho un campo minado, aguardando por los números. Y los números hablaron: nos impusimos por casi un punto, alrededor de 1600 votos. Es un triunfo épico, que hace que algunos melones, por esta vez, empiecen a acomodarse en el carro: los que apoyan a Das Neves, con Felipe Solá y el Colo De Narváez a la cabeza, se acercaron pese a que el triunfo no era seguro, y vieron como ganarle al kirchnerismo en base a la buena gestión, la transparencia y la pasión por cambiar las cosas. No es fácil ganar tres veces seguidas, sin hechos extraordinarios como la lamentable muerte del ex presidente Kirchner, sino en base al buen trabajo del día a día. Das Neves pudo, y todo el espectro político, muchos con nula experiencia en gestión –pensemos en Pino o en Alfonsín, por tomar nota- también tendría que hacerse cargo. Duhalde, el ejemplo más acabado de la vieja política, llamó a saludar tarde, cuando todo estaba bajo control, en una típica actitud especuladora. Das Neves, que empieza a presentarse como el único rival serio para disputarle el poder a Cristina en octubre de este año, se había jugado mucho antes.
(click en las fotos para ampliar)
Cuanta basura repodrida se rejuntó para la foto del FRAUDE !!!
Che, entonces, cuando terminen de contar los votos Marito se retira de la política? No me quedó claro.
Ah, y si hablás de las políticas del kirchnerismo y decís que ustedes los "dasnevistas" harían algo parecido pero mejor, me parece que no da que termines las nota con una foto en la que aparecen Castrilli, De Narváez, Camaño y demás personajes tan nefastos, que están agazapados esperando la oportunidad para volver a (sus) buenos viejos tiempos.
Qué lamentable todo. La elección, das neves, et al.