El juego de los “a favor” y “en contra” puede ser cruel, así que decidimos romper con la dinámica clásica porque encontramos consenso con respecto a un tema repleto de claroscuros: Gran Hermano. Hay ya muchas interpretaciones, de diverso índole, sobre el fenómeno. Además, no vamos a reprocharle a la serie de cosas que se le reclaman, tanto desde la derecha ilustrada como desde el izquierdismo trash-progre. Aunque haya algo de eso, no vamos a decir que el casting está mal hecho, muy mal. Que muestra a un grupo de pibes de clase media y media alta, claramente favorecidos en términos generales por el kirchnerismo: los que ganaron. Que son muy homogéneos y algo boludos, eso tampoco lo vamos a decir. Tampoco vamos a reclamar que es, en el fondo, un programa pacato. Que mientras que en otros países se vieron cosas sinceramente divertidas o al menos un poco violentas, acá no hay contrastes, ni choques, ni gestos porque la producción del programa optó por personajes grises, con actividades grises y bastante previsibles. Es obvio que la cotidianeidad embrutece y no merece ser narrada, como también es obvio que se podrían haber seleccionado individualidades que, no necesariamente “letradas”, tuvieran algún tipo de pensamiento, idea, pasión, etc. (¿Se acuerdan de El Bar, esa gran épica televisiva de la crisis?), algo que no sucedió por la falta de profesionalismo y de inteligencia de los que seleccionaron a los chicos, que ahí encerrados, hacen lo que pueden por llevarse mal, por generar algo, en la mayoría de los casos sin éxito. Nos resistimos, sin embargo, al racismo de la inteligencia, aunque si estamos viendo la tele, pretendemos percibir algún tipo de destreza en las condiciones de producción de lo que elegimos, incluso respetando su género. Eso no pasa en Gran Hermano 2011, como tampoco pasa en el kirchnerismo. Buenas intenciones, balbuceadas, y malas ejecuciones malgastando recursos.
Hecho el descargo, vamos a algunas interpretaciones que andan dando vueltas, generalmente de parte de risueños militantes del posibilismo. Destilan alguna gracia los posts de esta casta de muchachines, buenos pibes, conversos del autonomismo, en donde militaban en 2001-2002, al institucionalismo más conservador, al reglamento, a los canales formales de comunicación, como San Pablo, que de perseguir a los cristianos se transformó en un creyente fervoroso. Sí, la gran novela sobre este período de la historia argentina va a llamarse La Fe de los Conversos, o va a tener un capítulo que se llamé así. Quizás podría llamarse también Los Gladiadores de Frávega. Pero no perdamos tiempo en elucubraciones, como le gustaría decir a Diana Conti. Vamos a Gran Hermano.
Hay una lectura lineal, que dice que Cristian U representa a los buenos, y por ende, al gobierno: un pibe de barrio, entrador, al que le gustan los perros, que de chiquito podría haber sido uno de los personajes de los cuentos de Juan Diego Incardona. Dejémosla en suspenso porque poco interesante y es fácilmente rebatible. Cristian U no deja de ser un pibe muy televisable, en términos estéticos y morales, pertenece al sistema de intercambios que genera o que imaginamos que genera el showbizz. Vamos a otra mejor, que tiene que ver con los mecanismos internos del programa. Según esta hipótesis, enarbolada entre otros por este blog, lo que hace GH 2011 es dramatizar los mecanismos de la realpolitik, especialmente transparentes durante el ciclo del kirchnerismo. La idea está buena: la política es un juego para ganar donde los intereses colectivos o el bien común tienen que subordinarse en primer lugar a la continuidad del Primus inter pares para después conseguir transformaciones reales, no importa si los chicos son boludos o no sino su capacidad de entretenernos y de dramatizar este momento histórico donde los complots y los intereses de los actores corporativos se hacen más transparentes que nunca, y entonces queda claro que la política, como GH, se juega para ganar. Por otra parte, los desplazamientos y reivindicaciones de los propios participantes refuerzan esta idea, entendida linealmente. Hay un protagonista máximo, que juega a ganar y apuesta en función de un repertorio limitado de recursos, y hay otra serie de discursos, más inoperantes, que interpretan el formato como algo para intervenir desde el corazón, la ética o lo lúdico.
Sin embargo, nos gustaría hacer una contralectura de estas hipótesis. Hay algo de historicidad, algo muy potente, en este GH, y que ocurre más allá de las internas de si “los pibes” buena onda son Emanuel o Cristian U, o si Cristian U tiene que ir a juntar la guita paralelamente o dentro de las reglas del juego, o si el kirchnerismo es guevarista o no, etc. Seguro que es una lectura equivocada, pero me parece que, más allá de su resultado, este GH dramatiza la imposibilidad, tanto de oficialistas como de opositores, de salir de los ejercicios polarizantes y pensar alternativas para las cosas que no están bien. La pregunta no es cómo se hace para ganar, sino cómo se hace para que Gran Hermano sea un buen producto de entretenimiento sin depender de una figura excepcional como Cristian U. Esto está claro en la idea de que Cristian U es el gran deconstructor de Gran Hermano, en el sentido de que su apuesta terminal, irreductible y nonstop termina violentando algo dentro de la casa; no las reglas formales del juego (aunque también, en última instancia, cuando la producción empieza a introducir recursos nuevos para evitar la atonominación masiva) sino el sentido, digamos, trascendente y social de ese juego hasta transformarlo en una cosa distinta de lo que originalmente era o de lo que esencialmente fue siempre. Porque la autonominación permanente, una apuesta de todo o nada que tiende a construir una épica blanda y angustiante, lo que hace, en definitiva, es eliminar las posibilidades de construcción y armado de juego, todo lo que caracteriza a GH: intrigas, complots, favores, negociaciones. Nada de eso puede existir más, salvo como gesto frívolo, y no sólo para Cristian U, sino también para todos los restantes jugadores, que se ven obligados a errar sin criterio.
Esto se vincula con la idea de táctica y estrategia. Si la estrategia es “el modelo”, y si “el modelo” es un significante vacío arbitrariamente instituido que sólo significa lo que Cristina dice que es –AUH sí, 82% móvil no, por dar sólo un ejemplo–, la táctica sobredetermina al producto. ¿Qué significa esto? Que el propio kirchnerismo no tiene, realmente, ningún momento, momento de mayor verdad ni épica, sino simplemente la serie de movidas coyunturales y cotidianas que otorgan sentidos parciales a una realidad fragmentada e hiperpolarizada. Y, así, el producto es apenas entretenido. Está bien, pero no es un producto que está a la altura de su tiempo.
GH 2011 empezó con una rebelión fallida y continuó con el regreso –la resurrección- de tipos que habían sido eliminados del juego. Depende de una sola persona, que se niega o no puede, por propia estrategia, delegar ese poder de excepcionalidad aún siendo, al mismo tiempo, muy autodestructivo. Ahí está la trampa: si el kirchnerismo sólo juega para ganar, si tiene que dejar de creerse minoría, ese discurso no le funciona si sólo depende de Cristina, si no puede confiar ni en Scioli ni en Aníbal Fernández ni en Boudou, por distintas razones. O sea, eso significa que jugó mal. No importa quién gane GH. Pero que sea mejor que el reality de Tinelli, y que entretenga, no lo hace un buen programa. GH 2011 no es una metáfora de la coyuntura política, sino de un ciclo de administración pública con aciertos pero que básicamente alcanzó su techo, y que va a languidecer desde mediados de 2012. Más o menos, al mismo tiempo en el que Cristian U pasee por Ramos Mejía, con el tabique nasal agujereado y el eterno resplandor de los días de fama en la mirada.
MUY BUENO MUCHACHOS, NUNCA PENSÉ QUE SE PODÍAN EXTRAER TANTAS CONCLUSIONES DE ESTE PROGRAMA HORRIBLE JAJA
FALSO, MANIPULADOR Y ESTRATEGA
SON LAS “CUALIDADES” NECESARIAS PARA GANAR GRAN HERMANO
ASI PIENSAN 6 DE CADA 10 CORRENTINOS
Esto lo refleja una encuesta realizada por la Fundación PROMETEO institución dedicada a la investigación. Su presidente el Licenciado José Castelo nos dio los siguientes detalles:
A 200 encuestados se le pregunto cómo hay que ser para ganar GRAN HERMANO y sobre un total de 600 respuestas (3 opciones por encuestado) los resultados fueron:
FALSO 98 16,33%
MANIPULADOR 106 17,67%
ESTRATEGA 155 25,83%
TOTAL 359 59,83
Este estudio se llevó a cabo, buscando saber más sobre que genera en la gente los realities show. Cuando se indago si miraba GRAN HERMANO, 7 de cada 10 encuestados dijeron que rara vez miraban el programa o que nunca lo hacían. Respecto a la calidad del mismo el 57% no dudo de catalogarlo como regular (38%) o malo (19%) y solo un 4% lo considero muy bueno (3%) o excelente (1%).
Frente a números tan contundentes, se pensaría que el programa sería un fracaso de rating y que estaría a punto de ser levantado. Sin embargo es un éxito que se repite. A punto tal que hasta la gente que dice no mirar el programa sabe quién es Cristian U.
EL ATROZ ENCANTO DE SER GRAN HERMANO
Se le pregunto a los entrevistados de donde había salido el nombre de GRAN HERMANO.
La mitad de los encuestados reconoció no saber el origen; el 24,5% lo atribuyo al creador del formato, la empresa Endemol, un 9,5% se refirió a un libro y un 7,5% a una película. ¡Hasta Emiliano se llevo un 2,5% en eso de ser el creador del personaje GRAN HERMANO!.
También se indago sobre si dicho personaje era bueno o malo: El 40% afirmo que era bueno, el 8% que era malo y el 46,5% reconoció no saber cómo era.
EL PERSONAJE
GRAN HERMANO surge de “1984” un libro de George Orwell que habla de una sociedad manejada por un personaje siniestro que ve, observa y juzga todo lo que hacen los ciudadanos. Gobierna a través de 4 Ministerios: El del Amor que se encarga de la tortura, de la Abundancia que se encarga de que escaseen los alimentos, el de la Paz que se encarga de generar guerras para mantener a los ciudadanos razonablemente atemorizados y el de la Verdad que se encarga de tergiversar los hechos para hacerlos coincidir con la historia oficial. Es un maestro de la mentira y la manipulación al punto que logra cambiar el sentido a las palabras y todo lo que se publica (y lo que se piensa) puede hacerse solo utilizando el lenguaje aprobado por el Estado.
CRISTIAN U, ALEJANDRO MAGNO Y NAPOLEON:
Sabíamos que ser estratega era el requisito principal para ganar GRAN HERMANO. Se pregunto quien consideraba que era mejor estratega: en segundo lugar Cristian U con un 18,5% supero cómodamente a Alejandro Magno (14%) y Napoleón Bonaparte (13%). Llama la atención que Emiliano Zapata (héroe de la revolución mexicana) se haya alzado con un 12,5% del voto de los encuestados. Esto se debe a que pensaron que Zapata era el apellido del participante cordobés, al que el espectador conoce por su nombre de pila (esta costumbre que estaba reservada a famosos como Susana y Mirta o políticos como Cristina o Lilita se está extendiendo a cualquiera que salga en la televisión). El listado lo cierra Gastón Trezeguet con 7,5%.
En primer lugar con el 28,5% de los votos lo ocupa el GENERAL SAN MARTI, lo que indicaría que es el elegido por 1 de cada 3 encuestados.
¿QUE ES SER ESTRATEGA?; Esta pregunta genero respuestas tan dispares que por razones de espacio se invita a ver los resultados en facebook fundación prometeo investiga donde figuran las 200 respuestas reproducidas. Destacamos 3: 1- Es quien se desespera por poder ganar. 2- Es quien hace lo que sea con tal de llegar. 3- Es el que manipula para llegar a su objetivo.
¿Qué pensaría José de San Martin de esto?.
A esta encuesta parecería faltarle algo si no tuviera dos condimentos: El primero que la gente se exprese sobre quien cree que ganará GRAN HERMANO. El segundo (en estos tiempos políticos) dar una mirada sobre quien piensa esa misma gente, que ganará las ELECCIONES PRESIDENCIALES. Los resultados son los siguientes:
¿QUIEN GANARA GRAN HERMANO?
PREGUNTA CRISTIAN U MARTIN A MARTIN
PEPA EMIILIANO SOLANGE
( eliminada) NS/NC
Quien cree que ganará 51,% 14% 5% 1,5% 10,5% 17,5%
Quien le gustaría que gane 24,5% 20,5% 5% 5,5% 17% 26%
Quien es el que menos le gusta 32,5% 1,5% 11% 17,5% 13,5% 21,5%
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¿QUIEN GANARA LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES?
PREGUNTA CRISTINA KIRCHNER RICARDO ALFONSIN MAURICIO MACRI EDUARDO DUHALDE
ELISA CARRIO OTROS NS/NC
Quien cree que ganará 58% 13% 7,5% 7% 1,5% 1% 12%
Quien le gustaría que gane 30% 28% 19,5% 10% 4,5% 3,5% 4,5%
Quien es el que menos le gusta 29,5% 12% 8% 15,5% 17,5% 9,5% 8%
PARA ACCEDER A ESTA ENCUESTA COMPLETA
COMUNIQUESE AL 3783 – 781551
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Tabulación: Escribana Laura Núñez y Profesora Magdalena Escobar
Responsable técnico: Lic. José Castelo