Es verano, es la segunda quincena de Enero, y la política baja un cambio, como todos. Aparece ahí, en el diario Perfil de este domingo, el Jefe de Ministros, recostado sobre una reposera y durmiendo la siesta, con una riñonera rodeando su panza por encima de la malla. Una genuina postal peronista, hay que reconocer, que lamentablemente ahora no puedo encontrar en Internet. Y también está el balneario de Scioli en Mar del Plata, que es naranja, como parte del cambio en la comunicación e imagen del gobierno provincial que se empezó a perfilar después del fallecimiento de Néstor Kirchner. El naranja da dinamismo, da ejecutividad, da gestión, y Néstor no lo había dejado mostrar ninguna de esas cosas a Daniel. Ahora, liberado del yugo del líder impaciente, Scioli pasa de la clásica y poco atractiva combinación de verde pasto y azul marino al naranja. Lo visité al balneario y está bueno. Cerca de ahí estaba el Monstretruck de Mario Das Neves, promocionando en 3D las bellezas naturales de Chubut. Posta que si uno conoce Chubut no va nunca más a la costa argentina, en general hostil, ventosa y gélida. Está bueno que se intente mostrar eso. O sea, toda la Argentina es linda, y la costa atlántica es re nac&pop, pero la verdad que yo sí me arrepiento de este amor, Daniel. Los precios son caros, hay que hacer cola en todos lados para comer, te atienden mal, en la orilla hace un frío terrible, la arena se te pega en todo el cuerpo formando una masa dura con el protector solar, a las 3 de la tarde te calcinás (ya no es las 12 del mediodía el horario malo, como cuando yo era chico, ahora es de 12 a 15). En fin, una porquería. Pero está bien, Daniel va a lo hitero, la costa, donde van todos y donde quizás algunas mentes amodorradas por la letal combinación de frío y calor puedan arrebatarse con el amarillo oscuro de GOB SCIOLI. Yo este año fui a la costa, pero porque me tomé una semana nomás, no me dio para más (oh, la inflación). Desde hacia 5 años que no iba. No voy a decir que la pasé mal, porque logré desenchufarme de a momentos, pero compré el diario todos los días. Ese es un dato, fijense. Cuando veraneo o visito cualquier otra parte de la Argentina, al dudoso placer de leer el diario me lo olvido en el asfalto calcinante de la cabeza de Goliat.
Pero no me quiero ir por las ramas, porque esta bitácora últimamente se ha vuelto pedagógica. En verano la política es light y, salvo por Lilita Cazadebrujas Carrió, que está CRISPADA en serio y lo único que hace es tirar bombas de humo a donde no hay nadie, todos se toman las cosas con calma y humor. Por que si algo nos enseña la historia política argentina es que en verano no hay que confrontar. A lo sumo, hay que hacer algunas observaciones ingeniosas, descontracturadas, tiros por elevación. Como Juan Cabandié, jugando al tejo y rosqueando en las playas diáfanas de Cariló. Si somos buenos, si somos justos, ningún peronista debería veranear en Cariló. Pero bueno, yo lo vi a Juan Cabandié y a Danielito Filmus en Cariló y por TV. Daniel, mientras sus amigos rentados cubrían Buenos Aires con unos tristones afiches de campaña de color blanco, tomó un poquito de sol surfeando el trayecto que media entre los bosques de Yabrán y esa ciudadela de la resistencia emocional kirchnerista que es Pinamar.
En fin, el verano es trancu, el verano es para hacer chistes no política. El delfín Massa es como el arquetipo de político en verano: una sonrisa, declaraciones pícaras y esa onda “gestión-cool” medio duranbarbista. Otra cosa muy buena de este verano es que los participantes de la cumbre del humor-de-salón El Hijo de Alfonsín – Hermes Binner nos ahorraron aparecer en malla, sentados en la arena tipo hipopótamos. Igual aparecieron, pero no me acuerdo mucho porque creo que me quedé dormido.
¿Lindo, no? Por atrás de todo este delirio de sofá los problemas persisten: la puja inflacionaria que recrudece y la nueva protesta de las entidades agropecuarias. ¿Quién podrá ayudarnos? Yo tengo un superhéroe. Se llama Neves, das Neves. Fue a la costa, sí, pero no pasó ahí sus vacaciones. No estuvo “enero en Pinamar”, sino que estuvo en Chubut, haciendo asado y cocinando las próximas elecciones provinciales, en donde el FpV no figura y en donde Cristina va a tener su primer gran revés electoral del 2011.
Mientras tanto, en la Argentina de la Redistribución del Ingreso, mucha gente veraneó acá. Un lujo:

No sean duros muchachos, hoy que llueve en Buenos Aires Playa seguro crece el río y te podés meter