Futbol para todos o demagogia oficial y negocio para unos pocos

por Mario Das Neves

Pura demagogia y buenos negocios para pocos. Enmascarado tras el atractivo adjetivo “todos”, el gobierno nacional declama ahora la reclamada federalización del fútbol. Sólo busca, sin embargo, satisfacer los intereses de la televisión y de la propaganda oficial, así como premiar a la dirigencia incompetente –y en algunos casos corrupta– de los clubes y la conducción anquilosada en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

No otra cosa revelaron las escandalosas e inmorales explicaciones del vocero de la AFA, Ernesto Cherquis Bialo, sobre el discutible y complicado formato que se impulsa para modificar el campeonato nacional de fútbol, aunque después hayan relativizado la urgencia de la propuesta.

Lo que sí quedó claro es que detrás está la Casa Rosada, la que no deja de sorprender y desconcertar con estos desbordes de demagogia tramposa, curiosamente en vísperas de un proceso electoral que no se le presenta tan apacible como conjeturaba.
Huye para adelante aprovechando el viento de cola. Pero tarde o temprano la gente se va dando cuenta de este estilo utilitario y mezquino de la política. Y lo va expresando en las urnas, como ya sucedió en la ciudad de Buenos Aires y Santa Fe y como sucederá en pocos días en Córdoba.

Carlos Menem vendió las joyas de la abuela con las privatizaciones y el déficit fiscal, pero la corrupción y el endeudamiento especulativo se comieron la bonanza. Ahora el kirchnerismo no se queda atrás para generar climas artificiales que aseguren votos a cualquier costo.

Con ese fin, y ningún otro, no duda en bastardear valores sociales y políticos muy importantes, como la solidaridad, la convivencia, el consenso y hasta los derechos fundamentales a la salud, la educación y la vivienda. Para ello despilfarra, sin planificación ni coherencia alguna, los recursos del Estado. Ahora le tocó a la pasión futbolera de los argentinos.

Según confesó el vocero de la AFA con insólito, cuando no ridículo lenguaje, todo tiene que ver con el descenso de River y la necesidad, para el negocio del fútbol y del gobierno nacional, de garantizar que ese club vuelva a estar en pantalla los domingos.

Así las cosas, si la participación en la nueva liga fuera de 38 equipos incluyendo la B nacional, como se dice, deberá doblarse a 1.200 millones los dineros públicos para subsidiar las malas administraciones y la corruptela de los dirigentes de los clubes y de la propia casa mayor del fútbol argentino.

La clave, entonces, es política como siempre; y de la más baja calidad. El alardeado “Futbol para Todos”, en vez de cumplir su papel democratizador de la audiencia popular se ha transformado así en herramienta exclusiva de la publicidad oficial, y el único negocio privado es el de los que la manejan discrecionalmente.

Todos, pero todos, queremos un futbol federal. Para todos y de todos. Que puedan ver todos. Sin trampas ni ficciones. No este remedo en el que el dinero público lo ponemos todos para beneficio de uno solo: el gobierno nacional y sus socios en los clubes y la AFA.

Tomado de aquí

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