Si bien Aníbal Fernández, Florencio Randazzo, Amado Boudou entre otros funcionarios K, fueron quienes salieron en todo momento a instalar el rumor de fraude en las elecciones de Chubut realizadas el 20 de marzo pasado, fue la agencia de noticias Télam la que aportó su influencia sobre los medios del interior del país para que ese rumor se transforme en una “realidad”.
A partir de una nota de Télam, un medio mendocino llegó a titular: “Chubut: La justicia comprobó fraude y el Kirchnerismo gana las elecciones”.
Al 23 de mayo, la Justicia no ha comprobado fraude alguno a partir de una endeble denuncia presentada mas por presión que por convicción por el apoderado del Frente para la Victoria de Chubut. En la actualidad, y desde que Mario Das Neves puso fecha a las elecciones complementarias inmediatamente que la justicia anunciara su decisión, ya nadie en el oficialismo nacional o sus representantes chubutenses mencionan la palabra “fraude”.
Esa palabra, fraude, fue la estrategia implementada por el Gobierno Nacional para desprestigiar la excelente imagen que el actual gobernador de la provincia, que no participaba de la elección, tenía en un 80% de la población de Chubut y en un 90% de la población del interior del país que lo conocía.
Desde el 20 de marzo a la fecha, pasaron 65 días. Fueron 73 las notas referidas a las elecciones de Chubut que publicó la agencia Télam en su página principal. Mas de un artículo diario desde las elecciones hasta ahora para instalar dudas sobre el acto eleccionario y atacar a Das Neves, un potencial y difícil contrincante electoral de cara a octubre y ya sin la figura de Néstor Kirchner para dificultar su avance.
El uso grosero y partidario de la Agencia de Noticias de la República Argentina no sólo ha despertado la indignación del periodismo argentino sino que ha enfurecido y revelado al propio personal de la agencia, quienes han hecho pública su bronca por el uso partidario de la entidad en varias ocasiones:
Los episodios del viernes han afectado gravemente el prestigio de la agencia, que ya estaba en jaque por las desafortunadas declaraciones del presidente del Directorio, Martín García, sobre periodistas y su preferencia hacia los militantes.En este sentido solicitamos al Directorio se abstenga de colocar símbolos partidarios junto al logo, y le reclamamos mayor atención y responsabilidad en la edición de artículos o notas que tienen un claro sesgo partidario y que deberían guardar las formas que el periodismo reclama.La CGI también le reclama al presidente del Directorio mayor mesura y cuidado a la hora de formular declaraciones, ya que sus dichos pueden afectar el prestigio de la agencia, en virtud de su investidura.
Por último, a través de sus representante gremiales, los empleados de Télam manifestaron: “Rechazar nuevamente la metodología utilizada en el servicio periodístico, que censura y prohíbe informar verazmente a los abonados y al conjunto del pueblo argentino”.
Obviamente, sumando la enorme cantidad de pequeños medios del interior que encuentran en Télam una de las pocas fuentes de noticias nacionales gratuita, los suplementos impresos que se arman desde la misma agencia y que se ofrece a los diarios también pequeños del interior para adosarse al contenido local, y a la facilidad con la que los principales medios nacionales “compraron” la idea de fraude sin chequear de manera alguna a través de sus enviados si realmente había motivos para hablar de trampa en las elecciones, el plan de instalación de una mentira cayó como una bomba sobre la ciudadanía argentina y sobre todo, la chubutense.
Si en el interior del país mucha gente dudaba del posible fraude por ser el kirchnerismo quien lo denunciara y su ya conocida negación a cualquier derrota, en el interior de la provincia de Chubut, era la confianza de años depositada en Das Neves lo que frenó una sensación generalizada de fraude y que se manifestó justamente al no existir manifestación alguna de la ciudadanía. Nadie, mas que un grupo reducido de manifestantes económicamente dependientes del oficialismo nacional salió a la calle a reclamar que se recuenten los votos o que se vuelva a votar.
Aunque con la credibilidad sobre la política ya muy deteriorada, la población de Chubut pareció entender, en alguna medida, el mensaje de Das Neves explicando que todos los chubutenses estaban siendo víctimas de ambición de triunfo y poder del oficialismo nacional.
Ya no se habla de fraude. El oficialismo nacional ha enviado distintos recursos, tanto de campaña como otros, para dar vuelta una elección que dio ganador a Martín Buzzi por un corto margen.
Pero ¿que hará el Frente para la Victoria si nuevamente, la ciudadanía, ahora a través de menos de 2000 chubutenses que han sido presionados hasta el hartazgo y que han recibido dos meses de campaña que hablaba de fraude, ratifican el resultado del 20 de marzo y nuevamente, Martín Buzzi es nuevamente el ganador?
Si la ciudadanía nuevamente les da la espalda y a pesar de la burda maniobra de instalación de fraude le da el apoyo y el mando de la provincia a Buzzi, ¿irá nuevamente a la justicia el Gobierno Nacional a través de su delegado local, Carlos Eliceche? Ya sabemos que muy poco le importó al Gobierno Nacional la opinión de los chubutenses, pero pasará nuevamente toda raya de respeto si otra vez el resultado le es adverso?