1. No se quién es Sergio Villone, autor de este artículo, pero si se que si algo sobra últimamente en las filas del kirchnerismo es triunfalismo y mala leche. Ese tipo de triunfalismo soberbio y ramplón, que por cierto también domina esa especie de no-se-qué (disque-portal de noticias) que armó el compañero Artemio hace unos años, Diario Registrado. Otra pata más, agregada lateralmente, de su gran imperio de la venta de humo, la segunda industria cultural con más participación en el PBI de la ciudad de Buenos Aires después de la editorial. ¿De dónde bajará la plata para armar Diario Registrado? ¿Sergio Villone cobrará algo para publicar esos cuatro párrafos, que no llegan ni a pastilla ni a idea? Los grandes interrogantes de mi generación son estos, en serio. Los cuadros del periodismo contrahegemónico kirchnerista, déjenme decirles con humildad compañeros, no existen. Por eso les cuesta tanto sacarle un empate a la lucha contra “la Corpo”. Miren, les voy a transcribir una línea:
“Ese domingo festejó con sus compañeros de partido extinto (la golpeadora, el NarColo y Felipilli -¡qué jugador!-) luego de la maniobra perpetrada”
Hashtag #vergüenzaajena
2. Ayer Gabriela Cerruti (que sí es una excelente periodista, tanto como mediocre a la hora de intervenir sobre el debate público) dijo por Twitter que el Tribunal Electoral Provincial había fallado reconociendo que en Chubut hubo fraude. Esta es efectivamente la opereta mediática que montó el kirchnerismo desde el momento cero en que se supo que la pelea electoral iba a ser reñida y cerrada. Esta opinión también la vertió, con iguales dosis de triunfalismo, condescendencia y mala leche a las del compañero Sergio Villone, el muy buen blogger @Conurbanos. Y, de manera más sutil pero no por eso menos efectiva simbólicamente, el diario Página/12. Por supuesto, en ningún momento en todo el fallo judicial se reconoce que hubo fraude, pero es importante inocular esta idea en la opinión pública, desde el conglomerado mediático oficialista, y estigmatizar a Mario das Neves, que sigue siendo el candidato de la oposición más sólido, serio, articulado y genuino. De hecho, importantes constitucionalistas como Badeni, Sabsay e Iribarne enfatizaron de manera vehemente que bajo ninguna circunstancia podía considerarse que en Chubut hubiera habido fraude. ¿Sabían que en las elecciones de Catamarca los votos recurridos fueron entre 3 y 4 veces más que en Chubut? ¿Nadie pidió fraude ahí? ¿Por qué será?
Pero hay más, tanto Badeni como Sabsay e Iribarne recomendaron de manera terminante que bajo ninguna circunstancias se debieran realizar elecciones complementarias en la provincia del Chubut. El kirchnerismo, por supuesto, deniega estos argumentos fuertes y expertos, porque el reconocimiento de las operaciones mediáticas, de la justicia como un conglomerado de individuos con intereses personales y, a veces, incluso corporativos, sólo funciona para ellos cuando se realizan en su contra. Si la justicia mendocina falla a favor de un conglomerado concentrado de medios, es una opereta burda, la judicialización de la política. En cambio, cuado la justicia chubutense falla a favor de los oscuros intereses oficialistas por presión mediática (el FpV es un partido eminentemente mediático y no de construcción territorial, y en esto se parece mucho al PRO, aunque la retórica peronista lo disimule) y política, es la prueba irrefutable de que hubo fraude.
3. Las acusaciones de fraude, en este país, no son acusaciones livianas. Tienen una carga poderosa. No es una acusación trivial, un recurso más en la amplia paleta de la pugna política, como la injuria personal o la mucho más banal acusación de corrupción. El kirchnerismo chubutense montó una fuerte presión mediática (en Chubut el kirchnerismo bajó tanta guita del Estado Nacional que hasta los grupos mediáticos que tradicionalmente defendían posiciones más “objetivas”, en sintonía con una idea un poco clásica del periodismo de información, se transformaron en ranciamente kirchneristas, y cuyo discurso es, en estos momentos, directamente paródico) para instalar, incluso antes de que se haya terminado la votación, la idea de fraude. Esto no es política, sino antipolítica, lisa y llanamente falta de escrúpulos, falta de inteligencia y falta de buena fe. Eso es el kirchnerismo. Y no hablo de Cristina Fernández, a quien en lo personal le tengo mucho respeto, incluso simpatía, aunque no me represente. Hablo del kirchnerismo, y especialmente del kirchnerismo provincial, algo que los compañeros born&raise in Palermo Soho, esos pibes tan lindos y escolarizados, con acceso a Internet, conocen de lejos o directamente no conocen, pero que es la verdadera maquinaria perversa del kirchnerismo. Ese kirchnerismo es el saadismo, el menemismo, el insfranismo y, por supuesto, el Ganso, Carlos Eliceche. Ese kirchnerismo que se justifica por el argumento de la realpolitik (“así se hace política”) y que indudablemente se va a empezar a agrietar catastróficamente en los próximos cuatro años, de ganar Cristina como es lo esperable, en deshonrosas pujas de poder.
Las elecciones complementarias en Chubut, esa anomalía jurídica que salió por presión mediática incluso contra la recomendación de los expertos más importantes en la materia en nuestro país, es un antecedente peligroso para la democracia, porque legitima y da antecedente a la posibilidad de estabilizar este tipo de operaciones mediáticas en elecciones cerradas: denunciar fraude y empujar un virtual ballotage. Carlos Eliceche ya dijo que la campaña iba a ser “puerta a puerta”. ¿Puerta a puerta qué, si no es una elección para hacer campaña, no es un ballotage? Pero, de hecho, se instaló como tal cosa: ese es el grado cero de la mala leche política. Mario das Neves aceptó rápidamente el fallo del TEP, porque a pesar de todo, no tiene sentido seguir manipulando, sesgando e interviniendo negativamente sobre el proceso electoral en una escalada judicial sin fin (que es lo que sí promovía el FpV), y porque está confiado en que la gente de Chubut, esas cinco mesas que quedan, van a refrendar al candidato Martín Buzzi por una amplia mayoría. Desde mi perspectiva, humilde, esto es de caballero, una caballerosidad y una dignidad que nadie en el kirchnerismo chubutense es capaz de disputar.
Mario das Neves condujo, en los últimos 8 años, el mejor gobierno que la provincia de Chubut tuvo en toda su historia. Este es un modelo de gestión política que sigue siendo, al día de hoy, un modelo de proyección nacional, un modelo capaz de ser llevado a cada rincón del país. El 29 de Mayo, otra vez, el PJ-Modelo Chubut va a volver a ganarle al FpV. Y vamos a seguir esperando sus disculpas eternamente.
volvieron muchachos? dónde habían estado? enterrando el Modelo Chubut?
Muchachos, que feo esto de borrar comentarios, muy antidemocrático, no se hace
Che, no los borramos nosotros, so borraron solos, no se que pasó. Fue en este y en el post anterior. Los invitamos a volver a ponerlos. Estamos tratando de recuperarlos pero creo que no se puede. Bajón.