La batalla campal que tuvo lugar en Villa Soldati en el día de ayer nos muestra como nunca un doble fracaso: el primero, el de una fuerza política que planteándose como renovadora de lo que llamaba la “vieja política” demostró que es imposible suplir la falta de políticas con estrategias de marketing, afeitadas de bigote y lindos comerciales oficiales que no nos creemos. El segundo, el de un gobierno nacional que, diciéndose progresista, nacional y popular, se mostró especulador e inoperante, jugando a que el conflicto en el Indoamericano esmerile la imagen de Macri en el único bastión geográfico en dónde tiene alguna chance de ganar –la Capital Federal- y actuando de manera temerosa frente a la posibilidad de que la “represión” reclamada por el GCBA y por los vecinos de los monoblocks aledaños al parque mine las posibilidades electorales de Cristina Fernández de Kirchner en 2011, posibilidades que se asientan sobre una estrategia política que se jacta de “no reprimir”. Esta trama entraña una serie profunda de equívocos que se inician en la inutilidad más absoluta y completa de Mauricio Macri para gestionar (ni siquiera gobernar), continúa en la morosidad del oficialismo nacional de actuar sobre el conflicto –morosidad que provocó, en última instancia, la muerte de gente que, de haberse actuado antes y enérgicamente se hubiesen evitado– y termina en el discurso “xenofóbico” de los vecinos de Soldati. Un discurso que debe ser comprendido porque enuncia reclamos justos (no tener una villa enfrente, no perder un lugar público de esparcimiento, cosas perfectamente entendibles), pero que se vuelve dramático cuando el que lo reproduce es un jefe de Estado que, se supone, debería pensar la política de largo alcance en términos de políticas sociales y no en terminos inmigratorios.
Algunos datos que le dan un poco de espesor al asunto: 1) la inmigración boliviana a la Argentina viene cayendo hace ya muchos años a razón del 2% anual; 2) el macrismo tiene absolutamente subjecutado el presupuesto en viviendas, subejecución que en el programa de Reintegración, Integración y Transformación de Villas, sobre un crédito de 38,5 millones de pesos llega a 0. 0 pesos ejecutados; 3) si Macri se declara, sin embargo, incompetente de manejar la situación, porque no puede, no sabe o no quiere, el Estado Nacional debe intervenir con celeridad, elegancia y sin matar a nadie para garantizar el control del parque; 4) el pibe que sale en la cámara de TN disparando es hijo de un histórico puntero de Macri en Boca y trabaja para el Gobierno de la Ciudad; 5) El censo 2010 revelaría un crecimiento de la población en villas de un 50% respecto del 2001: esta es una responsabilidad directa de un gobierno nacional que hace mucho ya viene anunciando que se está bajando el desempleo, la subocupación y la pobreza, algo que no parecería ser cierto en el 100% de los casos.
Estos datos, pocos, magros, son algunos indicios de una trama de malos cálculos e inutilidad. Personalmente no me explico como Macri no se fue ya anticipadamente del gobierno. Por una gestión mucho menos problemática y controvertida su partido operó para que se fuese el Rulo Ibarra, quien detrás del televisor estará restregándose las manos, viendo el espectáculo, aún a pesar de que sus chances de recuperar la ciudad de Buenos Aires en un nuevo mandato son cercanas a cero. En definitiva, tampoco nosotros pedimos la renuncia de Macri, que es algo que no nos corresponde, pero sí parece inevitable que el 2011 sea el año en que el PRO pierda relevancia en la arena política. El balance de su gestión en la ciudad de Buenos Aires nos deja bicisendas, el Teatro Colón, el aumento de la mortalidad infantil y la emergencia habitacional más grande de la que tenga memoria.
Algunos datos que le dan un poco de espesor al asunto: 1) la inmigración boliviana a la Argentina viene cayendo hace ya muchos años a razón del 2% anual; 2) el macrismo tiene absolutamente subjecutado el presupuesto en viviendas, subejecución que en el programa de Reintegración, Integración y Transformación de Villas, sobre un crédito de 38,5 millones de pesos llega a 0. 0 pesos ejecutados; 3) si Macri se declara, sin embargo, incompetente de manejar la situación, porque no puede, no sabe o no quiere, el Estado Nacional debe intervenir con celeridad, elegancia y sin matar a nadie para garantizar el control del parque; 4) el pibe que sale en la cámara de TN disparando es hijo de un histórico puntero de Macri en Boca y trabaja para el Gobierno de la Ciudad; 5) El censo 2010 revelaría un crecimiento de la población en villas de un 50% respecto del 2001: esta es una responsabilidad directa de un gobierno nacional que hace mucho ya viene anunciando que se está bajando el desempleo, la subocupación y la pobreza, algo que no parecería ser cierto en el 100% de los casos.
Estos datos, pocos, magros, son algunos indicios de una trama de malos cálculos e inutilidad. Personalmente no me explico como Macri no se fue ya anticipadamente del gobierno. Por una gestión mucho menos problemática y controvertida su partido operó para que se fuese el Rulo Ibarra, quien detrás del televisor estará restregándose las manos, viendo el espectáculo, aún a pesar de que sus chances de recuperar la ciudad de Buenos Aires en un nuevo mandato son cercanas a cero. En definitiva, tampoco nosotros pedimos la renuncia de Macri, que es algo que no nos corresponde, pero sí parece inevitable que el 2011 sea el año en que el PRO pierda relevancia en la arena política. El balance de su gestión en la ciudad de Buenos Aires nos deja bicisendas, el Teatro Colón, el aumento de la mortalidad infantil y la emergencia habitacional más grande de la que tenga memoria.
Lo que está pasando en Villa Soldati es horroroso, y demuestra todo el desmanejo de la ciudad y la nación. Fernández dijo que era todo una maniobra de Duhalde, ¿no es muy fácil tirarle los muertos a Duhalde siempre que hay muertos? Es una falta de respeto a la población, ¿se pensarán que somos boludos?
Buen post compañeros dasnevistas!